Soy de esas personas que no miden el tiempo, que no planean su vida y que cuando llega el amor lo dejan pasar.
Me acostumbre a pensar que la vida me pasara, que las noches de insomnio se volvieran mi compañía más estable y que mis vicios definieran quien soy. Nadie más entiende qué es lo que pasa en mi cabeza. Sólo tú. Sólo tú encontrabas los recovecos más escondidos de mis recuerdos y hacías sentido de todo el sin sentido que me rodeaba. Sólo tú. Sólo tú sabías cuándo era la hora de la cena y cuando debía apagar la luz. Sabías perfectamente el momento en que decidía dejar de pensar para abandonarme en el instinto.
Nunca he sido de las personas que piensan en las consecuencias de sus actos. Siempre ando por la vida pensando que estarás ahí para rehacer todo lo que destruyo, construir todo lo que imagino y deshacer todo lo que ocasiono. Solo tú. Sólo tú conoces mis manías, mis particularidades y sólo tú me dejas guardar lo mejor para el final.
Me has tendido uno trampa. Me has hecho dependiente de tí. De tu estructura, de tu manera de hacerme reír. Nadie me ha hecho reír como tú. Nadie se ríe de mí como tú. Sabes cuando miento, cuando te digo tengo hambre para decirte cuantas ganas tengo de besarte. Sabes cuando te digo te amo para pedirte un helado. Conoces cada esquina de mi cuerpo, cada centímetro de mi piel.
Soy de esas personas que no miden el tiempo. Hace tanto tiempo de tí y aún te espero en la noche. Porque para mí no ha pasado el tiempo. Para mi han sido unas horas desde ese día que dijiste no más. Para mí fue sólo ayer cuando me pediste que te amara, de verdad, sin juegos, sin nada que esconder. Para mí sigue siendo un juego en el que tu orgullo no te ha dejado marcarme en las últimas 5 horas y que mañana que se te pase el coraje estarás aquí.
Soy de esas personas que no planean su vida. Sigo esperando que me digas que hacer mañana, a dónde iremos en la noche y que pasará el fin de semana. Sigo esperando sentada que tomes las riendas y me organices esta vida que sin tí se me ha vuelto pesada.
Soy el tipo de persona que cuando llega el amor lo deja pasar. Estas metido quien sabe en dónde sin pensar en mí y yo te dejé ir.
Me acostumbre a pensar que la vida me pasara, que las noches de insomnio se volvieran mi compañía más estable y que mis vicios definieran quien soy. Nadie más entiende qué es lo que pasa en mi cabeza. Sólo tú. Sólo tú encontrabas los recovecos más escondidos de mis recuerdos y hacías sentido de todo el sin sentido que me rodeaba. Sólo tú. Sólo tú sabías cuándo era la hora de la cena y cuando debía apagar la luz. Sabías perfectamente el momento en que decidía dejar de pensar para abandonarme en el instinto.
Nunca he sido de las personas que piensan en las consecuencias de sus actos. Siempre ando por la vida pensando que estarás ahí para rehacer todo lo que destruyo, construir todo lo que imagino y deshacer todo lo que ocasiono. Solo tú. Sólo tú conoces mis manías, mis particularidades y sólo tú me dejas guardar lo mejor para el final.
Me has tendido uno trampa. Me has hecho dependiente de tí. De tu estructura, de tu manera de hacerme reír. Nadie me ha hecho reír como tú. Nadie se ríe de mí como tú. Sabes cuando miento, cuando te digo tengo hambre para decirte cuantas ganas tengo de besarte. Sabes cuando te digo te amo para pedirte un helado. Conoces cada esquina de mi cuerpo, cada centímetro de mi piel.
Soy de esas personas que no miden el tiempo. Hace tanto tiempo de tí y aún te espero en la noche. Porque para mí no ha pasado el tiempo. Para mi han sido unas horas desde ese día que dijiste no más. Para mí fue sólo ayer cuando me pediste que te amara, de verdad, sin juegos, sin nada que esconder. Para mí sigue siendo un juego en el que tu orgullo no te ha dejado marcarme en las últimas 5 horas y que mañana que se te pase el coraje estarás aquí.
Soy de esas personas que no planean su vida. Sigo esperando que me digas que hacer mañana, a dónde iremos en la noche y que pasará el fin de semana. Sigo esperando sentada que tomes las riendas y me organices esta vida que sin tí se me ha vuelto pesada.
Soy el tipo de persona que cuando llega el amor lo deja pasar. Estas metido quien sabe en dónde sin pensar en mí y yo te dejé ir.