Wednesday, November 07, 2007

Si, aún te espero....

Llegaste tú y supuse que era amor. Era definitivamente lo más cercano. Si no lo conocía no sabría como reconocerlo. Entonces me dijiste todas esas cosas que alguien debe decir. Me sentía conectada a ti de una manera que jamás creí posible. Nadie me había entendido como tú. No de esa forma, de sé lo que pasa en tu cabeza, sino de la forma en que me mirabas, aceptabas mi locura y te volvías partícipe de ella.
Éramos dos niños, jugábamos, gritábamos y me hacías infinitamente feliz. Ha pasado tanto y a la vez no ha sucedido nada. No sé siquiera si realmente existió. Ahora todo parece un extraño sueño, un lejano recuerdo. Hasta tus manos me parecen ajenas ahora. Me has dicho todo cuando tomaste su mano frente a mí. La primera vez no quise escucharlo. Ignoré su existencia. Me decidí a desconocer esa parte de tu vida que no me incluía, de la que nunca sería parte.
¿A quién intento engañar? Es muy probable que esperaba en las sombras con los ojitos llenos de ganas, muriendo por escuchar un "te amo" de tu boca. Siempre dije que no era necesario, pero lo esperaba en la noche, después de las caricias, cuando te quedabas dormido. No decías nada, callabas. Nunca lo pedí porque no sentía que lo merecía. La oscuridad, las sombras, me llenaron de miedo. No podía salir a luz, ni siquiera a tu lado.
Me acostumbré a vivir de noche, cuando todos duermen. Esa primera vez que me rozaste en la oscuridad aprendí a morderme los labios. Aprendí a no hacer un solo ruido, a no llamar la atención. De día una y en la noche sólo tuya. Aparentando esa soledad cuando todos los días dormía con tu compañía.
Ahora que lo pienso, no recuerdo el tiempo. Creo que eres la relación más estable de mi vida. La que jamás prometió y jamás engañó. Siempre nos dijimos la verdad y las máscaras siempre se quedaron en la puerta. Nunca nada más que tú y yo, sin expectativas, sin mentiras ni promesas. Creo que soy la única a quien le has dicho la verdad. No juramos amor eterno, fidelidad o exclusividad. Nuestro arreglo siempre fue claro. Sin embargo, cometí un error. Te dejé entrar. Te me has metido bajo la piel.
Te quise lastimar, sí. Lo hice sólo porque sabía que te dolería. Sabía que no dirías nada porque no prometí nada, pero te marcaría igual que a mí. Lo besé sólo una vez, lo usé sólo para que fueras a tocar esa puerta, lleno de rabia. Me reía porque sentía que por primera vez eras tú el que esperaba, el que se callaba lo que quería y el que se mordía los labios. Seguías hablando en voz baja, tomando mi mano en las esquinas oscuras cuando nadie miraba. Me observaste, estático, sin saber que hacer. No te debo nada y lo sabes. Entonces te helaste en el umbral de la puerta, tus ojitos llenos de rabia. Me miraste partir, cerrar la puerta y escuchaste mi risa. Esa misma risa que oíste cuando nos desnudábamos jugando, como niños. Si, esa misma risa. Sé que la escuchaste y te quemó por dentro. Sé que oírla te llenó de rabia y por eso tocaste la puerta. No abrí no porque quería seguir. Quería que la duda te carcomiera poco a poco. Te sigue consumiendo porque lo veo en tu mirada. La besas a ella y luego me miras, esperando no sé que cosa.
Me sentía libre y llena de poder. Luego, se escuchó esa canción, esa que siempre me recuerda a ti. Esa que nunca te dije pero me hace recorrerte de nuevo en la memoria. Entonces me miraste a los ojos y dijiste: escucha. Derretiste el hielo y me llenaste de frío de nuevo. Sí, lo acepto, aún te espero.

Mi manifiesto

Antes de escribir este post, de antemano lo digo: "Si, soy soberbia e intolerante"

La verdad es que había sido muy zen. Me había controlado y respirado profundo. Se me ha acabado la paciencia. Traté, realmente traté de no ser tan elitista en cuestión de coeficiente intelectual. Me es imposible. No puedo lidiar con gente que se maneja en el primer nivel de lectura (si bien les va). Estoy molesta, he aquí mi manifiesto:

1. No es mi culpa que seas una inepta.
2. Si no entiendes la relación entre la comida y los italianos, eres una estúpida.
3. Ser vulgar es lo más fácil. Si crees que inventaste el hilo negro eres más estúpida de lo que creí.
4. No eres inteligente. Por más que te veas en el espejo y te repitas "que lista soy" no va a suceder. Eso no pasa como en las caricaturas o las películas que caen polvitos mágicos y te conviertes en lo que quieres. Aceptalo, eres una imbécil.
5. Durar mucho tiempo haciendo las cosas no significa que las hiciste bien.
6. Si crees que te reto es porque te intimido.
7. El sarcasmo no es para todos. Si no lo entiendes significa que no eres lo suficientemente inteligente. ¡Superalo!
8. Ser virgen no es un insulto, agregarle gorda no sólo es estúpido sino que te hace ver ardida además de evidenciar tu status de verdulera. Lo entiedo estás enojada. Lo repito: que seas una inepta no es mi culpa.

aaaaaaaaaaahhhhhh