Un, dos, tres

Todo esta bien, sonrie, respira, tranquila.. No pasa nada, es sólo un momento, un suspiro. Está a punto de terminar. Sigue adelante, un poco más, no puedes dar vuelta atrás. Más fuerte, es lo que debes hacer. No está mal, es algo necesario. A todos les molesta, termina de una vez. ¡Maldita sea, HAZLO!... Un, dos, tres, un, dos, tres.
Un suspiro termina con todo. Me siento tan libre, etérea. Siento el viento rozar mi piel y soy libre. He dejado de llorar, ahora sólo vuelo. Esa carga que sentía oprimía mi pecho ha desaparecido. Las voces se han ido, nadie me juzga y nadie me dice que debo hacer. Estoy sólo yo. Puedo tomar cualquier decisión, puedo hacer lo que quiera. No tengo que rendir cuentas, no tengo que ser alguien que no soy, no tengo que aparentar y no tengo que sonreir. Cada sonrisa rompía un pedazo de mi alma, cada sonrisa me partía el alma. Nadie lo sabía, sonreía pero en verdad lloraba. Es más fácil sonreir que dar explicaciones. Es más fácil sonreir que quedar descubierta. No soy quien creen que soy. El pánico de ser descubierta me quita el sueño. No soy yo, no se quien soy. ¿Qué pasará cuándo sepan? Creo que nunca lo sabrán. Creo que mi secreto esta seguro. Las heridas se han borrado, sólo quedan en el alma y esa nadie la ve. Nadie ve mi alma porque nadie ve quien soy en realidad. Todos suponen pero nadie sabe que siento. Creo que ya no siento, ya me cansé de sentir. Estoy exahusta. Tal vez es el alcohol, tal vez es el dolor pero me encuentro adormecida. Dicen que cuando el dolor es insoportable te desmayas. Tal vez eso me pasa. Tal vez estoy dormida. Creo que sí, estoy dormida. Despierta no me siento tan libre. Esta bien, esperaré a que todo termine. Creo que lo estoy pensando demasiado. Respira, un, dos, tres, un, dos...