Dos pasos. Exactamente dos pasos de mediano tamaño eran los que tenía que dar. Buscó entre todas esas cosas viejas y rotas que han quedado atrás. Todo eso que carga a donde quiera que va. Encontró tristeza, encontró soledad, encontró dolor. Buscó entre las sábanas viejas, sobre la cama vacía. Buscó entre los libros de poemas, dentro del cajón de la memoria. Quizo encontrar coraje, valor. Encontró miedo, desesperación. Intentó encontrarlo debajo de las mentiras que ha ido apilando en el buró.
Tenía que dar sólo dos pasos. Un océano de palabras que ahogaba a los dos. Tenía sólo que respirar profundo. Uno, dos. Había que enterrar las lágrimas, esconder los resentimientos. Había que tirar todo eso que cargaba desde hace tiempo. Era demasiado, eran tan sólo dos pasos. ¿Cuánto veces te tienes que enamorar para poder dar esos dos pasos? ¿Cuántas veces tienes que romperte el alma?
Es como caminar hacia la muerte. Es como encontrarte frente a frente con tu peor pesadilla. Es quitarte la ropa y quedar para siempre desnuda. Es entregarte por completo y saber que tu alma, llena, vacía, está en sus manos.
Escucha su respiración. Él también quiere dar esos dos pasos. Él busca entre todas esas promesas vacías, bajo la cama aún tibia. Busca entre las hojas hace tanto tiempo escritas. Urga entre los cajones de vidas destruidas. Abre la caja de corazones mal heridos. No encuentra valor. Encuentra miedo. Ahora él puede convertirse en nada. Ahora es el momento en el que todo se vuelve humo entre las sábanas.
Ha pasado tanto. Han vivido demasiado. No pueden dar esos dos pasos.
Tenía que dar sólo dos pasos. Un océano de palabras que ahogaba a los dos. Tenía sólo que respirar profundo. Uno, dos. Había que enterrar las lágrimas, esconder los resentimientos. Había que tirar todo eso que cargaba desde hace tiempo. Era demasiado, eran tan sólo dos pasos. ¿Cuánto veces te tienes que enamorar para poder dar esos dos pasos? ¿Cuántas veces tienes que romperte el alma?
Es como caminar hacia la muerte. Es como encontrarte frente a frente con tu peor pesadilla. Es quitarte la ropa y quedar para siempre desnuda. Es entregarte por completo y saber que tu alma, llena, vacía, está en sus manos.
Escucha su respiración. Él también quiere dar esos dos pasos. Él busca entre todas esas promesas vacías, bajo la cama aún tibia. Busca entre las hojas hace tanto tiempo escritas. Urga entre los cajones de vidas destruidas. Abre la caja de corazones mal heridos. No encuentra valor. Encuentra miedo. Ahora él puede convertirse en nada. Ahora es el momento en el que todo se vuelve humo entre las sábanas.
Ha pasado tanto. Han vivido demasiado. No pueden dar esos dos pasos.
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