Vete

Tendría que desnudarme eternamente y aún así no me verías tal como soy. Ante ti, las máscaras llegan solas, las mentiras se crean sin esfuerzo y las verdades se esconden bajo ropajes infinitos. Eres mi remanso, eres mi salvación y terminaré matándote. Me parece extraordinaria tu presencia fiel y tu infinita capacidad de permanecer a mi lado a pesar de lo mucho que duele. Debes decirme como has logrado tal devoción absoluta y ciega. Algo debe de haber en mí que te paraliza y no te permite huir. Te miro frágil y vulnerable ante mí. Tu carita llena de ilusión me obliga a decir esto por primera y única vez. Vete, corre lejos que el viaje es largo y tenebroso. Los caminos que llevan a mí son los más oscuros. No tomes mi mano porque no te dejaré jamás soltarme. Soy un mal que te carcome las entrañas y te dejará vacío. No dejes que nada te retenga. No permitas que mis ojitos llenos de lágrimas te turben y te llenen de culpa. Debes estar prevenido ante todas mis artimañas para atarte y no dejarte jamás volar. Mi forma de amar es intoxicante, nociva y asfixiante. Aléjate de mí antes de que logre tenerte entre mis manos, rozarte con mis labios y matarte en un abrazo infinito que no tendrá fin ni principio. Te lastimaré como nunca nadie ha intentado o si quiera concebido. Deseo romper en mil pedazos todo lo que eres para llenar el pequeño cofre, uno que tengo en el lugar donde habitaba mi alma, con fracciones de ti y todo lo que solías ser. Deseo más que nada romperte para que jamás vuelvas a amar, que nadie logre ocupar mi lugar y que tu vida quede marcada de mí. Quiero que tus cicatrices sólo digan mi nombre, que tu sangre sólo dibuje mi cara y mi cuerpo. Sin embargo, deseo más que nada que tu alma sólo reconozca mi voz y que tu cuerpo sólo transpire mi esencia. Vete antes de que todo lo que es de ti muera.